martes, 8 de marzo de 2011

Our house... In the middle of the street!

Tengo días con una canción pegada en el cerebro, que me hace pensar en mi casa... No mi casa donde vivía con mi papá y mamá antes de casarme, ni en mi casa de Caracas de donde hace ya un año que nos mudamos, o de mi nueva casa... Sino en MI casa, nuestra casa, la única casa donde todos los miembros de mi familia identificamos cuando hablamos por teléfono: "-En dónde estás? -Aquí en LA casa" Ah ok! Queda perfectamente claro. La Floresta.

Jamás he vivido ahí, sin embargo es el único lugar donde prácticamente nací, crecí, y el único sitio a donde de una otra forma todos volvemos... Por ahí ha pasado todo el mundo, hasta Eduardo "El Tigre" Fernández en su época de campaña electoral.

Los protagonistas principales fueron: mi abuelo Régulo, un tipo llanerazo, calvo, que mientras estaba en la casa andaba de guayabera y toalla a la cintura, médico dermatólogo reconocido (todavía hay quienes me preguntan: tu eres familia del Dr. Otamendi?), tomador y gigoló por naturaleza, que llegaba echando tiros cuando los muchachos de la época (mi papá y tíos con sus amigos, que a veces se sentaban solos sin que estuvieran los primeros en la casa) estaban jodiendo (o dandole a la ganja) sentados en el tronquito. Mi abuela Dora, lo que uno espera de una abuela, su mecedora era sagrada (aún existe y nos peleamos por ella), me enseñó a tomar café con leche con galletas de soda como si fuera "conflei" y en tres segundos de la nada, hacia todo un festín para 30 personas, que es el número aproximado de integrantes de esta tribu. Una caraja realmente mágica, ejemplo de la paciencia y organización y gerencia familiar.

El resto de los personajes, creo que se merecen un post para cada uno.

Aunque los protagonistas hace varios años que ya no están entre nosotros, LA casa sigue siendo la protagonista de todos los encuentros, alegrías, tristezas y logros familiares. Mantenida por 3 de los personajes mas interesantes de esta historia, siempre nos brindan una puerta abierta para llegar tocando corneta desde la esquina y ser recibido con la emoción mas grande, así hayas estado ahí el día anterior.

Una reunion familiar, mas o menos se describe así:

Sábado, como a las 6 de la tarde empezamos a llegar todos. La burra coqueta con su mejor pinta, espera sentada en el porche con Isa tomando café. La mini en su cuarto duerme la siesta con Chispa, Fer ve el baseball encerrado en su cuarto. Llegamos de golpe, la China con los 4 Luises, Rich y yo de Caracas, Luly detrás de nosotros. Luis y Gustavo me reciben con el respectivo "Que paso negra?"... Chema ya llegó pero las niñitas tenían hambre y se fueron a comer (nunca tienen paciencia para esperar los choripanes), Regulo viene con la Titi, y Rosa no vino porque paró un peo a último segundo y se bajó del carro y se fue en taxi.

Suena la corneta! Llegó Luciiiii! wooohooo! (después de tener 4 días anunciando su salida desde Pto la Cruz), de inmediato, se arma una conversación simultánea con 18 tópicos, 15 decibeles diferentes. Yo participo en al menos 4. Niños corren (entre los adultos aunque "para eso hay bastaaaante patio"), llegan también Lore, el Panita, con la ceresita... Y un grito histérico (Normalmente de Luchi): "-ÑAÑO DEJA DE DARLE A LA BATERIA!!!"

Luisito y Chema, cuando las conversaciones están en su máxima expresión de gritos, no antes ni después, sino en ese preciso momento, deciden sacar las cornetas del iPod (que además son de pilas, o sea que las mueven a todos lados), y poner al volumen máximo que da el pobre aparato, el rock mas ácido con el que estén enfiebrados en ese momento.

Sacamos un mecate, lo amarramos entre un chaguaramo y un poste de luz (lo suficientemente alto como para q un camión pueda pasar por debajo) de inmediato salen todas las sillas a la acera, como en los pueblos de antes... Y en algún momento (que yo no pude ir), hasta una piscinita inflable armaron ahí afuera.

Se armó la partida de "bolibol" callejero!

Se forman dos equipos, el de Paino (q es donde normalmente quedo) es el que mas hace trampa, tiene mejor look, y siempre o casi siempre ganamos. La mini no juega, porque es muy bajita y su coordinación brazo-pelota es casi inexistente, mientras toma fotos.

Cuando me canso me siento en la acera de enfrente y los veo a todos, me rio y solo puedo cantar "Our house... in the middle of the street"


2 comentarios:

  1. Verga, negra, te pasas! hasta lloré! te extraño demasiado!

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  2. Wow...prima..ya conocia las historias pero q lindo y sentido te quedo besos..

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