A solo dos días de una de las elecciones mas importantes, de la
historia contemporánea de nuestro País, es inevitable tener esa mezcla de
sensaciones y sentimientos; miedo, alegría, esperanza, dolor de cabeza, ganas de comer y ansiedad.
Particularmente tengo dos días teniendo sueños que podrían ser
producto del alucinógeno mas fuerte, producto de esta angustia que llevamos la
mayoría de los venezolanos en la garganta.
Nunca en mi vida había sentido tanta ansiedad, previo a unas
elecciones… Y vaya que hemos visto elecciones! Las de hace 14 anos, en las que
era una adolescente en la que no me interesaba nada… Las siguientes, en las que
el amigo se vuelve enemigo y ya siendo universitaria empiezas a tomar un poco
mas de conciencia… Las del referéndum, las del Si, las del No, las del No que
era nuestro Si, las de Rosales, el firmazo, etc.
Y es que esta vez es diferente… Esta vez estoy afuera de mi país,
viendo a lo lejos, y es en esta distancia en la que uno se llena de melancolía,
en la distancia en la que el himno nacional te retumba en los oídos y mas duro
en el corazón. En una distancia en la que llevas la bandera mas alta que nunca,
esta vez la llevamos en la cabeza, en forma de gorra.
Esta vez hay un candidato coherente, que se ha ganado la atención de
muchos que antes ni volteaban la cabeza a ve quien era el que pasaba; un
candidato que lleno de esperanza a muchos que ya la habían perdido, que trae
una propuesta totalmente cumplible. Un candidato que, mientras el actual
presidente pone a un lado los problemas del pueblo en un intento desesperado de
mantenerse en “el coroto”, le habla de
cara a cara a la gente diciéndoles y demostrándoles que a el si le duele el
país, que a el si le duele el hijo que mataron por tener un teléfono nuevo en
el semáforo, o le duele la chama a la que le dieron 2 tiros porque se le
ocurrió tratar de escapar de un secuestro inminente.
Un flaquito que ha pateado calle como ninguno, que ha tenido que pasar
por mares de gente que se dan codazos para tocarle la punta del dedo, un carajo
que ha besado cuanta viejita desdentada
lo agarra por el cuello, que no ha parado en meses, que en un mismo día
llena concentraciones en 3 estados.
Esta vez es diferente, porque esta vez no es a ese carajo solo al que
le va a tocar reconstruir el país, esta vez los Venezolanos, desde cualquier
rincón del mundo, y mas desde el corazón de nuestro bello País, vamos a
trabajar todos en conjunto para sacar a Venezuela del hueco en el que esta.
Esta vez es diferente porque esta vez si hay chance. Esta vez no votamos
en contra de alguien, esta vez votamos a favor de alguien, a favor de nosotros,
a favor del progreso, de la evolución de los pensamientos y la evolución del
País.
Es doloroso ver como amigos (o no tanto) Venezolanos, decidieron
olvidarse del país, porque “total, ya yo no vivo ahí”, olvidando que fue ahí
donde se formaron, fue ahí donde hicieron sus amigos, donde todavía tienen familia, donde hicieron la plata para poder irse
a otro país a buscar nuevos horizontes, para viajar, ahí, de donde uno se va de
cuerpo pero ahí, donde están nuestras almas y corazones, nuestra esencia. Esos
personajes que les encanta quejarse y ahora que tiene la oportunidad de hacerse
escuchar, porque el voto es la voz del pueblo, se hacen los sordos y
simplemente los cómodos “un voto mas o un voto menos”…
… Ojalá no necesitemos esos votos.
Ojalá entendamos que con un nuevo presidente, tenemos que ser nuevos
venezolanos, Venezolanos de acción y no de tanta reflexión, porque en eso somos
expertos. Ya basta de excusas chimbas!
Es hora de poner en marcha al país, los que estamos afuera y los que
están ahí. Pensando en el talento joven
y valioso que tiene el País, en las generaciones futuras que serán aun mas
talentosos que nosotros.
Asi que vamos, demos el primer paso… A votar sin miedo, que como dice
la canción “Está aclarando la Mañana en Venezuela”… por el progreso, por el futuro,
por los que ya no están y por los que vienen!
Recordemos que si queremos Hay Un Camino!
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